Georgetown Americas Institute

En abril de 2016, el antiguo secretario de comercio Carlos Gutierrez visitó Georgetown. El foro comenzó con una pregunta interesante: “¿Por qué, si inicialmente apoyaba el embargo a Cuba, ahora lo rechaza? ¿Qué lo llevo a cambiar de posición?”

El secretario Gutierrez respondió que originalmente el embargo había sido implementado con la expectativa de impulsar una manifestación del pueblo cubano en contra de su gobierno. Sin embargo, más adelante, se dio cuenta que esta decisión, que buscaba debilitar al gobierno, estaba principalmente debilitando al pueblo. Por este motivo, el secretario consideró que dicha medida era injusta y ameritaba una revisión.

En sus palabras, Gutierrez hizo mención a la reciente visita del Presidente Obama a Cuba. A su juicio, se trata de un acto de carácter “histórico.” A pesar de diferir en sus opiniones políticas (el secretario Gutierrez es republicano y así lo resaltó repetidas veces durante la conversación), alabó al Presidente Obama por los logros y resultados del viaje, así como las formas diplomáticas que ha ejercido para enfrentar los retos de su gestión.

Al ser preguntado sobre las concepciones más erradas que los estadounidenses tienen sobre los cubanos, Gutierrez respondió rápidamente: creer que los cubanos odian a los norteamericanos. Mientras acompañaba al Presidente Obama en su visita, el secretario afirmó que los cubanos tuvieron una alta receptividad. El secretario interpreta esto como el reflejo del deseo que el pueblo cubano tiene por un mejor futuro. Sin embargo, el secretario visualizó el levantamiento del embargo como el potencial resultado de trabajo compartido por ambas partes: Estados Unidos y Cuba tienen mucho que ofrecer mutuamente en términos culturales y económicos, pero ambos países deben abrir sus puertos para permitir el flujo de bienes y personas respectivos.  

Igualmente, el secretario Gutierrez compartió su preocupación respecto a si Cuba estaría o no realmente preparada, al momento de levantar el embargo. Cuando esto ocurra, existirá un interés entre compañías multinacionales por establecer oficinas en Cuba. Esto conllevaría a un crecimiento en el requerimiento de capital humano y flujo de capitales, entre otros. En consecuencia, hay muchos cambios y reformas que la isla tendrá que implementar en lo que refiere a su modelo económico, burocracia gubernamental, infraestructura y mano de obra calificada para poder adaptarse a este nuevo escenario. 

En lo que refiere al tema delicado de los derechos humanos, el secretario aseveró que diferencias en torno a este problema no deberían ser una barrera para los Estados Unidos, en su objetivo de normalizar relaciones con Cuba. Gutierrez indicó que las mejoras en las condiciones de vida, producto de un potencial levantamiento del embargo, son en sí mismo una mejora en la situación de derechos humanos. Adicionalmente, afirmó que, a pesar de tener diferencias con algunas de las políticas llevadas a cabo en Cuba, el gobierno de los Estados Unidos deberá respetar las decisiones que soberanamente se tomen en ese país. Esto refleja un importante cambio de actitud, alejado de las históricamente complejas relaciones entre ambos países. 

El secretario manifestó reservas e incertidumbre en lo que refiere a la situación política del país, en el corto plazo. Sin embargo, considera que, en el largo plazo, el futuro se ve mejor para Cuba, dado el florecimiento de un nuevo sector privado y el aumento del comercio internacional. Esto va a requerir la adopción de muchos cambios que le permitan a Cuba adaptarse a esta nueva realidad.