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9 de septiembre, 2025

Johanna Hill sobre el Multilateralismo y el rol de América Latina en el Sistema de Comercio Mundial

El 9 de septiembre, el Georgetown Americas Institute (GAI) lanzó GEO-LAC: América Latina en el Nuevo Orden Geoeconómico, una nueva serie de diálogos que explora cómo América Latina y el Caribe están navegando el cambiante panorama global del comercio, la inversión y las cadenas de suministro. Organizado por Nicolás Albertoni y Antoni Estevadeordal, GEO-LAC reúne a destacados responsables de políticas públicas, académicos y expertos para debatir sobre el papel de la región en un mundo marcado por el creciente proteccionismo, la disrupción tecnológica y los cambios en las alianzas geopolíticas.

Captura de pantalla del seminario virtual con Johanna Hill, Nicolás Albertoni y Alejandro Werner
Captura de pantalla del seminario virtual con Johanna Hill, Nicolás Albertoni y Alejandro Werner

La sesión inaugural contó con la participación de Johanna Hill, subdirectora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en conversación con Albertoni y Alejandro Werner, director fundador del GAI. Hill reflexionó sobre la importancia perdurable del multilateralismo en la gobernanza del comercio internacional, la agenda de reformas en curso en la OMC y el papel de América Latina en la configuración del futuro de la cooperación global.

El valor de la previsibilidad y el papel de la OMC

Hill señaló que la economía mundial actual se caracteriza por la incertidumbre y la fragmentación, y que la ausencia de reglas comerciales claras tiene costos económicos tangibles. Para las empresas, la imprevisibilidad —más que los propios aranceles— se ha convertido en el obstáculo más gravoso para la inversión y el crecimiento. El sistema multilateral de comercio, argumentó, ofrece un marco de estabilidad que permite a los gobiernos y al sector privado planificar a largo plazo, tomar decisiones informadas sobre dónde producir e invertir con confianza.

Hill destacó que las reglas de la OMC actualmente rigen aproximadamente el 72% del comercio mundial, cubriendo la mayoría de los bienes y servicios que cruzan fronteras. Más allá de su conocida función de negociación, la OMC desempeña un papel crucial en la resolución cotidiana de problemas a través de sus consejos y comités, donde los delegados discuten desafíos, comparten experiencias y construyen consensos sobre temas emergentes. Este trabajo “entre bastidores”, dijo, mantiene en funcionamiento la “tubería” del sistema comercial mundial.

"El sistema multilateral de comercio ofrece la estabilidad necesaria para que los países, las economías y las empresas puedan planificar a largo plazo.” – Johanna Hill

Proteccionismo, plurilateralismo y la modernización de la gobernanza comercial

Hill explicó que las iniciativas comerciales regionales y plurilaterales —acuerdos entre subconjuntos de miembros de la OMC— no deben verse necesariamente como amenazas al sistema multilateral, sino como esfuerzos complementarios que eventualmente pueden integrarse en su arquitectura. Por ejemplo, el Acuerdo sobre Contratación Pública de la OMC es una iniciativa plurilateral que opera dentro del marco jurídico de la organización e incluye una membresía amplia, aunque no universal.

Además, el sistema multilateral está evolucionando para abordar nuevos desafíos, incluyendo la economía digital, la facilitación de la inversión y la sostenibilidad ambiental. Actualmente, la OMC está explorando cómo las negociaciones plurilaterales sobre temas como el comercio electrónico y la inversión para el desarrollo pueden incorporarse a su estructura institucional más amplia.

Negociaciones en curso y el camino hacia la 14ª Conferencia Ministerial

De cara a la 14ª Conferencia Ministerial (MC14) de la OMC en Camerún en 2026, Hill describió varias áreas en las que los Estados miembros buscan avanzar. La agricultura sigue siendo un tema central para los países de América Latina y el Caribe, que durante mucho tiempo han abogado por condiciones comerciales más justas y una reducción de los subsidios en las economías desarrolladas.  Asimismo, él mencionó el trabajo continuo sobre los subsidios a la pesca, señalando que se alcanzó una primera fase del acuerdo, pero que aún se necesitan negociaciones adicionales para abordar cuestiones pendientes.

Dos de las áreas más avanzadas de consenso son el Acuerdo sobre Facilitación de Inversiones para el Desarrollo y la Iniciativa de Declaración Conjunta sobre Comercio Electrónico. El primero, explicó Hill, busca promover la transparencia, simplificar los procedimientos administrativos y fortalecer el apoyo a los países en desarrollo mientras atraen inversión productiva. A través de asociaciones con organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo, los países realizan diagnósticos para identificar necesidades y recibir asistencia técnica para la implementación. La iniciativa sobre comercio electrónico, por su parte, pretende modernizar las reglas que rigen el comercio digital y garantizar que las economías en desarrollo puedan participar plenamente en el mercado digital.

Potencias intermedias y el liderazgo de América Latina en la gobernanza comercial

Albertoni planteó la cuestión del liderazgo dentro del sistema comercial mundial, haciendo referencia a los comentarios recientes de la directora general de la OMC en el Financial Times sobre la creciente influencia de las “potencias intermedias”, como Uruguay, Singapur, Australia y Nueva Zelanda. Hill coincidió en que América Latina está bien posicionada para desempeñar un papel de liderazgo en el fortalecimiento del multilateralismo. Señaló ejemplos de liderazgo regional, como el trabajo de Chile en facilitación de inversiones, los esfuerzos de Costa Rica para vincular comercio y sostenibilidad ambiental, y el liderazgo de Guatemala en temas de economías pequeñas. Estas contribuciones demuestran que la región no es solo un participante activo, sino también una fuente de innovación e iniciativa en la política comercial.

Comercio inclusivo y desafíos futuros

Hill también destacó la importancia de políticas comerciales inclusivas que garanticen una participación más amplia en los beneficios de la globalización. Basándose en investigaciones recientes de la OMC, explicó que las tensiones geopolíticas crecientes y los cambios tecnológicos han incrementado la preocupación pública sobre los efectos del comercio en el empleo y la desigualdad. El desafío consiste en diseñar políticas nacionales e internacionales que amplíen las oportunidades y, al mismo tiempo, ayuden a quienes se ven afectados por los cambios económicos.

De cara al futuro, Hill señaló que el Informe sobre el Comercio Mundial 2024 de la OMC se centrará en la inteligencia artificial, el comercio y la inclusión, reconociendo que la disrupción tecnológica debe entenderse como parte del futuro de la apertura económica. El objetivo, subrayó, es hacer del comercio un motor de desarrollo equitativo, no de división.

Preguntas y respuestas: sostenibilidad, comercio digital e integración regional

Durante la sesión de preguntas, Hill abordó temas de comercio sostenible, regulación digital e integración regional. Reconoció que, si bien la OMC aún no ha desarrollado un marco integral sobre sostenibilidad y transición verde, varios miembros están impulsando la inclusión de estos temas en el centro de las discusiones comerciales. En cuanto al comercio digital, los acuerdos actuales no incluyen reglas de origen para los servicios digitales, una brecha que podría abordarse en futuras negociaciones.

Hill concluyó enfatizando la importancia de fortalecer la integración regional en América Latina y profundizar la participación en las cadenas globales de valor. Con la mayoría del comercio mundial aún regido por las reglas de la OMC, argumentó que mantener y modernizar el sistema multilateral de comercio sigue siendo esencial para promover la estabilidad, la inclusión y la prosperidad compartida.