En Memoria de Virginia M. "Ginny"Bouvier

Con mucho pesar, anunciamos la muerte de la Dra. Virginia M. "Ginny" Bouvier, principal asesora de procesos de paz para el Instituto de Paz de los Estados Unidos (USIP por sus siglas en inglés) y profesora adjunta del Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown.
La Dra. Bouvier trabajó en USIP desde el 2003 hasta su fallecimiento en 2017. Su puesto más reciente en esta organización fue como asesora principal para procesos de paz, y a la vez encabezó el equipo de Colombia desde el 2006. Entre 2012 y 2013, la Dra. Bouvier sirvió como la experta en diseño de procesos para el equipo de reserva de expertos en mediación de las Naciones Unidas. Antes de llegar al USIP, ella trabajó como profesora auxiliar de cultura y literatura latinoamericana en la Universidad de Maryland. De 1982 a 1989, la Dra. Bouvier ejerció como asociada principal en el Washington Office on Latin America (WOLA). Durante su tiempo en WOLA, su labor se enfocó en Bolivia, Chile, Paraguay, y Uruguay. También sirvió como consultora y directora de investigación para la Conferencia de Mujeres Líderes de América y como consultora para el Banco Mundial, Levi Strauss Foundation, Levi Strauss y Co., y el C.S. Fund. La Dra. Bouvier se graduó de Wellesley College en 1980, completó su maestría en la Universidad de South Carolina-Columbia en 1984, y obtuvo su doctorado en estudios latinoamericanos en la Universidad de California, Berkeley en 1995.
Homenajes de la Comunidad de CLAS:
La Dra. Ginny Bouvier demostró un profundo compromiso académico y personal con Latinoamérica y el proceso de paz. La Dra. Bouvier hizo contribuciones claves a los procesos de paz colombianos durante las últimas tres décadas y fue un honor que ella compartiera sus experiencias con nuestros estudiantes aquí en Georgetown.
- Matthew Carnes, S.J., Director de CLAS
La Dra. Ginny Bouvier fue una profesora maravillosa y fue un honor y un privilegio aprender de su rica y abundante experiencia con procesos de paz en América Latina. A pesar de su ocupadísima agenda, ella siempre separó de su tiempo para orientar a los estudiantes y ayudarnos a explorar nuestros intereses de investigación y trabajo. Me siento afortunado de haberla conocido, aunque haya sido sólo un semestre. Mi más sentido pésame a su familia y a la red de socios que se beneficiaron de su amistad y de su incesante compromiso con la paz.
Jon Ettinger, CLAS, M.A.'18
Los valores de Ginny se pueden rastrear al menos en parte a sus raíces en Hamden Connecticut, un área suburbana en las afueras de la ciudad de New Haven. Proveniente de una familia católica de clase media, Ginny experimentó de primera mano el activismo de la Iglesia bajo el Vaticano II en la Parroquia Nuestra Señora del Monte. Los programas de evangelización de la Iglesia alentaron a los feligreses, incluyendo a la familia Bouvier, a participar en actividades innovadoras de vida y servicio, tales como ayudar a las familias de refugiados vietnamitas y a las familias afroamericanas pobres de la ciudad de New Haven. Su padre Ed, quien era proficiente en francés, fue especialmente eficaz ayudando a los ancianos vietnamitas a adaptarse a la vida local estadounidense. Junto con su esposa Jane Mansfield Bouvier, ella misma entrenada como trabajadora social, llevaron a su familia a esta nueva frontera del activismo social parroquial, dedicándose a la dirección establecida por dos sacerdotes visionarios, los padres Cornelius Doherty y Charlie MacDonald. Esta fuerte infusión de la Iglesia del Vaticano II en el hogar de Bouvier se reflejó en la pasión que exhibió Ginny por los asuntos de justicia social durante la secundaria, así como más tarde cuando tres de los hermanos de Ginny decidieron asistir a Boston College, una institución académica a la vanguardia de la defensa de la justicia social en la sociedad. El tío Joe de Ginny, el hermano más joven de su madre, visitó ocasionalmente Nueva York y compartió con Ginny y su familia el espíritu de la generación de Woodstock (como poeta, escritor, profesor y protestante anti-guerra). A lo largo de los años, la trifecta de las causas de la paz, la justicia social y los derechos humanos se entretejieron en el tejido de valores de la familia Bouvier, y de Ginny en particular.
Además de esta fuerte orientación hacia los valores familiares, las clases de español de la escuela secundaria de Ginny le abrieron ventanas a la literatura y asuntos latinoamericanos durante la Guerra Fría cuando las dictaduras del Cono Sur eran la norma y las organizaciones de derechos humanos se levantaban desde las bases para desafiarlas. Su dedicación y talento en el aprendizaje del español la llevó a tomar clases avanzadas en Yale mientras estaba en la escuela secundaria. La cercana comunidad religiosa de Yale también resonó con otras influyentes y discordantes voces americanas como la de William Sloan Coffin, el capellán de Yale, y un prominente activista contra la guerra y los derechos civiles.
Durante los primeros dos años de Ginny en el Colegio Wellesley (1976-78), su madre tomó un trabajo como asistente administrativa del prolífico escritor católico, el sacerdote holandés Henri Nouwen quien por una década fue miembro de la facultad de la Yale Divinity School. Henri se convirtió en un amigo de la familia y la madre de Ginny asistió a dos de sus clases en Yale. Este carismático sacerdote tuvo un fuerte interés en América Latina y escribió un libro sobre sus experiencias con la orden progresista de Maryknoll trabajando con la clase baja en Perú y Bolivia. Posteriormente se convirtió en un crítico público de la política estadounidense en América Central.
Un evento especial con Henri que impactó la vida de Ginny fue cuando éste le presentó al doctor Joel Filartiga, médico provincial paraguayo, artista y prominente activista de derechos humanos cuyo hijo había sido torturado a muerte por el régimen de Stroessner, la dictadura más duradera de Sudamérica en esos tiempos. Filartiga había estado hablando en contra de Stroessner y vendiendo su arte en los campus universitarios de los EE.UU. para apoyar a su clínica que atendía a los pobres en Paraguay. Ginny organizó una conferencia pública para que él contase su historia a los estudiantes en Wellesley y vendiese sus obras de arte. Esta apasionada búsqueda por elevar el perfil de los derechos humanos latinoamericanos en el campus también la llevó a organizar el primer capítulo de Wellesley de la organización Amnistía Internacional y a emprender diversas iniciativas similares con el apoyo del capellán de Wellesley. Su preocupación y empatía por la causa de las mujeres oprimidas a través de la defensa de los derechos humanos la llevó a trabajar en Wellesley como voluntaria estudiantil en Rosie's Place, un refugio en Boston para mujeres maltratadas sin hogar. Este compromiso con mujeres víctimas –en quienes también reconocía fuertes líderes que contribuyen a la construcción de la sociedad- guiaría sus energías a lo largo de su vida a través de sus esfuerzos como activista, su labor académica y su escritura.
Ginny absorbió una variedad de excelentes cursos académicos de Wellesley en el campo de las humanidades y ciencias sociales para ampliar y profundizar sus conocimientos de América Latina. De hecho, según una publicación independiente de Wellesley, fue la primera estudiante de Wellesley en seleccionar los Estudios Latinoamericanos multidisciplinarios como su campo principal para su licenciatura. Su comprensión de la política latinoamericana recibió un gran impulso a través de las clases provistas por una antigua alumna de Wellesley y miembro de la facultad, Merilee Grindle, profesora de ciencias políticas especializada en América Latina que posteriormente ha tenido una larga carrera docente en el Harvard Kennedy School of Government .
Es evidente que Wellesley College poseía una cultura universitaria que proveyó terrenos fértiles para la formación de mujeres jóvenes independientes con un fuerte sentido personal de responsabilidad social, dedicadas a traer cambios positivos y necesarios al mundo.
- Dr. Kevin Healy, Miembro de la Facultad de CLAS