Expertos exploran la globalización, el comercio y el regionalismo en América Latina
El 18 de enero de 2024, el Georgetown Americas Institute (GAI) organizó una conversación con expertos para discutir el papel que juega América Latina en las dinámicas globales actuales en torno a la globalización, el comercio y la integración regional.
La economía global está enfrentando un momento de cambio. Desde la inesperada desaceleración de China hasta el regreso de la política industrial en grandes economías como Estados Unidos, el mundo está experimentando una transformación dramática en su estructura económica. Esto tiene claros efectos e implicaciones para América Latina, donde hay un creciente optimismo sobre el potencial de países como México para beneficiarse del nearshoring de la industria manufacturera que se traslada a la región desde Asia a las Américas. También abundan los desafíos, que se reflejan en las divisiones internas que existen en el Mercosur y el continuo desempeño mediocre económico de América Latina.
Para discutir estas dinámicas, GAI organizó una conversación con Antoni Estevadeordal, becario residente de GAI; Barbara Kotschwar, profesora del Georgetown University’s Center for Latin American Studies; Antonio Ortiz-Mena, socio de Dentons Global Advisors; y Alejandro Werner, director fundador de GAI, quien moderó el evento.
América Latina en un mundo de “globalización desacelerada”
Antoni Estevadeordal inició el debate con una presentación de su investigación para el programa Latin America in the Global Economy de GAI.
Para Estevadeordal, la transformación clave ha sido la transición de la “hiperglobalización” a la “globalización desacelerada” que tuvo lugar tras la crisis financiera de 2008. Desde entonces, la economía global se ha definido por el creciente proteccionismo, el retorno de la política industrial en las principales economías y la implementación de políticas de sostenibilidad en todo el mundo. La cuarta revolución industrial en curso también ha transformado industrias y sectores enteros, creando nuevos desafíos y oportunidades. América Latina se ha visto particularmente afectada en este período, quedando rezagada respecto de regiones comparables como el Sudeste Asiático en cuanto a integración global.
“En la década de 1990, América Latina experimentó una gran liberalización en la que el comercio como porcentaje del PIB se disparó. La región desmanteló los aranceles y se abrió al comercio. Ahora, sin embargo, la región ha tenido dificultades para ingresar a las cadenas de valor globales y se ha mantenido principalmente como proveedor de recursos naturales para economías como China”. -Antoni Estevadeordal
En la opinión de Estevadeordal, las economías latinoamericanas no han logrado integrarse entre sí ni con el sistema de comercio global emergente. La prevalencia de estrictas normas de origen para los productos manufacturados y la proliferación y fragmentación de los acuerdos comerciales han hecho que la región pierda competitividad. También faltan vínculos comerciales críticos, como entre Mercosur y México, o entre Centro y Sudamérica.
Para revertir esta situación, Estevadeordal propone tres “C” para una agenda integral de integración regional. Primero, la región debe “completar” los eslabones faltantes antes mencionados en la red de acuerdos comerciales de América Latina. En segundo lugar, necesita generar “convergencia”, centrándose en el complejo conjunto (que comparó con un plato de espaguetis) de reglas de origen y regulaciones que son un obstáculo para la integración. En tercer lugar, América Latina debe generar “complementariedad” mejorando su limitada conectividad física entre países, así como facilitando el comercio y la logística.
América Latina y la integración digital
Barbara Kotschwar analizó el estado actual del comercio global de servicios digitales y el papel que juega América Latina.
Agregar valor a las exportaciones es un elemento central de la estrategia de América Latina, razón por la cual el sector de servicios es tan importante. En este contexto, la región se ha quedado atrás del promedio de crecimiento global de las exportaciones digitales. Este es un desafío particular para una región donde las pequeñas y medianas empresas (PYME) desempeñan un papel clave, ya que Kotschwar descubrió que las PYME emergentes que implementaron tecnologías digitales tuvieron significativamente más éxito.
“También estamos viendo una nueva ola de proteccionismo en el espacio digital. Esto es preocupante. El Banco Mundial ha realizado estudios que muestran que el proteccionismo digital es malo para la productividad y, por lo tanto, las medidas de proteccionismo digital podrían ser malas para América Latina”. -Barbara Kotschwar
Kotschwar concluyó señalando que los países de la región necesitan conectarse mejor entre sí. Su deficiente infraestructura física transfronteriza es bien conocida y su interconectividad digital también es débil. Comentó cómo una señal clara de esta mala conectividad se expresa en las búsquedas de los estudiantes latinoamericanos: en Europa o Asia es común que los estudiantes estudien en el extranjero en países vecinos, mientras que en América Latina la mayoría desea estudiar en Europa o América del Norte. Es muy necesario ampliar este tipo de conectividad regional.
Comercio, crecimiento y energía en América Latina
Antonio Ortiz-Mena se centró en la importancia de fortalecer el sector energético de la región para garantizar su éxito en la economía global. Si bien abundan muchas amenazas y problemas, la falta de confiabilidad y la insostenibilidad de los sistemas energéticos es una preocupación apremiante que debe abordarse.
“Cuando hablo con líderes empresariales de toda la región, se preocupan por tres cuestiones principales: los desafíos al Estado de derecho, el aumento de las amenazas a la seguridad y los desafíos del sector energético. Si no hay energía, no hay negocio. Las empresas necesitan energía limpia, fiable y a precios competitivos”. -Antonio Ortiz-Mena
América Latina también tiene un gran potencial para las energías renovables, pero Ortiz-Mena cree que ese potencial por sí solo no es suficiente. Los países deben actuar, reformando sus políticas y armonizando las normas regionales para facilitar y atraer la inversión extranjera directa (IED). Destacó que esto requerirá un papel más activo de Estados Unidos, cuya política regional calificó de “caótica” y desorganizada.
Ortiz-Mena concluyó explicando que los países latinoamericanos realmente no compiten entre sí por la IED. En cambio, señaló que la verdadera pregunta es si la IED fluirá hacia una América Latina más integrada o si se desviará hacia regiones más competitivas.
El evento fue moderado por el Director Fundador de GAI, Alejandro Werner. Una grabación completa del evento está disponible en el canal de YouTube de GAI.