La relación entre América Latina por un lado y la Unión Europea y los Estados Unidos por otro se encuentra dominada por conceptos erróneos que impactan negativamente la integración y la inversión. El Informe Elcano publicado recientemente “¿Por qué importa América Latina?” desafía estas narrativas con datos y análisis en profundidad y resalta la importancia estratégica, económica y política de una región con un protagonismo indiscutible en el contexto geopolítico actual.
Para discutir este nuevo informe, GAI, el Real Instituto Elcano y el Prince of Asturias Chair organizaron una conversación con una serie de prestigiosos invitados: Cynthia Arnson, ex directora del Programa para América Latina del Wilson Center; Santiago Levy, asesor principal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y non-resident fellow de Brookings; Carlos Malamud, analista senior para América Latina del Real Instituto Elcano; Marcela Meléndez, economista jefe adjunta de la oficina de economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial; Moisés Naim, autor, periodista y conductor del programa Efecto Naím; José Juan Ruiz, presidente del Real Instituto Elcano; y Ernesto Talvi, visiting fellow del Georgetown Americas Institute y analista senior del Real Instituto Elcano. El director fundador de GAI, Alejandro Werner, y S.E. Ángeles Moreno Bau, embajadora de España ante los Estados Unidos, proporcionaron las palabras de apertura.
Desafiando conceptos prevalentes y erróneos
José Juan Ruiz dió comienzo a la conversación y destacó la importancia del informe como una herramienta para ayudar a disipar los conceptos erróneos y suposiciones predominantes que dominan el pensamiento español y europeo sobre América Latina. Ruiz destacó cuatro de estos como particularmente dañinos: 1) Que América Latina es un fracaso político; 2) Que América Latina es un desastre económico; 3) Que la Unión Europea y los Estados Unidos han abandonado a América Latina, abriendo la puerta a China; y 4) Que las empresas de la Unión Europea están abandonando la región para invertir en mercados más productivos y seguros.
“¿Son ciertas estas concepciones pesimistas sobre América Latina? Escribimos este informe exactamente para mostrar que datos reales de la región en realidad disipan estas narrativas negativas”. -José Juan Ruiz.
Desafíos económicos regionales: percibidos y reales
Ernesto Talvi profundizó en las razones por las que el PIB per cápita de América Latina no ha logrado converger con el de Estados Unidos y el mundo desarrollado. Sostuvo que lograr el “estado de desarrollo” es en realidad bastante difícil; sólo cinco países del este de Asia lo han logrado en más de medio siglo. Por eso Talvi cree que en lugar de centrarse en la convergencia con el mundo desarrollado, América Latina debería en vez enfocarse en su verdadero desafío, el crecimiento, que permanece estancado desde hace una década.
Talvi además analizó las tendencias históricas que marcan la inversión extranjera directa y el comercio en la región para disipar la idea de que Estados Unidos y la Unión Europea están retrocediendo. Las empresas europeas continúan reinvirtiendo las ganancias que obtienen en América Latina, lo que indica su creencia de que se seguirán obteniendo ganancias en el futuro. Talvi se refirió en particular al comercio, explicando que si bien China es el principal destino de las exportaciones sudamericanas, las importaciones de maquinaria de China en realidad son igualadas por aquellas provenientes de los Estados Unidos y la Unión Europea combinados, lo que disipa la noción de que América del Sur sólo comercia con China. Talvi concluyó que muestras de evidencia como estas desafían la creencia de algunos de que la región está definida por la “hegemonía” China.
Marcela Meléndez coincidió con la valoración de Talvi de que la región ha experimentado un crecimiento estancado en los últimos años. América Latina y el Caribe enfrentan una serie de desafíos, que incluyen mercados laborales internamente fragmentados, obstáculos regulatorios perennes, niveles notables de concentración del mercado en industrias clave con márgenes elevados, falta de coordinación de la migración intrarregional, bajos niveles de integración de las mujeres en el fuerza laboral y el crecimiento del crimen organizado.
"Hay mucho potencial de crecimiento, pero a menos que de alguna manera liberemos estas fuerzas que nos están frenando, creo que nos resultará muy difícil lograrlo". -Marcela Meléndez
Santiago Levy analizó el desempeño económico reciente de América Latina. Con las excepciones de Argentina y Venezuela, cree que la mayor parte de la región ha logrado modernizar su gestión macroeconómica y poner fin a desafíos anteriores como la inflación crónica. El problema, sin embargo, es que si bien la mayoría de los países “acertaron con la macroeconomía”, todavía no han logrado converger con el mundo desarrollado.
Lo que hace única a América Latina es que es la única región que está intentando construir sus democracias y desarrollarse al mismo tiempo. Levy argumentó que esta doble búsqueda es desafiante porque los votantes necesitan soluciones a corto plazo para redistribuir recursos en sociedades que son muy desiguales y que hasta ahora no han logrado desarrollar las bases para un crecimiento inclusivo.
Aclaró que si bien el problema no es la democracia en sí, hasta ahora no se ha materializado en América Latina un Estado de bienestar funcional que sea capaz de lograr la redistribución y que al mismo tiempo sea sostenible en el tiempo y benigno para la productividad. En cambio, la región sigue caracterizada por mercados laborales fragmentados con altos niveles de informalidad. Levy cree que la convergencia no ha ocurrido porque los niveles de productividad se estancaron como consecuencia de mercados laborales disfuncionales que producen dinámicas empresariales disfuncionales. Esencialmente, América Latina no ha logrado crear Estados de bienestar funcionales porque ha preservado lo que en esencia son instituciones exclusivistas.
“Los autores del reporte nos dicen que el vaso está medio lleno, y nosotros los latinos siempre lo vemos como medio vacío, y por ello el artículo nos recuerda que aún hay promesas de que pronto estará lleno. Hay un agradable optimismo en este informe que es bienvenido y muy refrescante”. -Santiago Levy